Del 9 al 19 de julio con Koldo.
Diez días en la meca que nos han dejado un gran sabor de boca. Al día siguiente de llegar, y con una meteo excelente para tres días, nos subimos a la Aiguille du Midi y recorrimos el Vallée Blanche y el Glacier du Géant hasta el Rifugio Torino. Desde allí nos acercamos a las Aiguilles Marbrées para realizar su popular arista. Las canales de entrada estaban secas así que la hicimos en dirección Norte - Sur para rapelar en vez de subir por pedreras descompuestas. Desde el Col de Rochefort se escala la arista Este hasta la cima principal. Fácil y estético, ¡perfecto para aclimatar! Aunque pillamos algo de tráfico disfrutamos. Continuamos la arista hacia el Sur por terreno de andar hasta una canal evidente que en dos rápeles equipados te devuelve al glaciar.
Al día siguiente acometimos una de las actividades que más ilusión nos hacía, la arista Este de la Pirámide de Tacul, una preciosa aguja de granito empequeñecida por el grandioso entorno de la cara Este del Mont Blanc de Tacul: Puntas Lachenal, pilar Gervasutti, Punta Adolphe Rey, Petit y Grand Capucin... Una de nuestras mayores preocupaciones era el acceso a la vía, ya que en esa zona el glaciar se abre y existen unos seracs amenazantes. Sin embargo estaba en perfectas condiciones. La escalada en sí se desarrolla en un granito brutal y en un grado general de IV con algún paso un poco más duro y un largo de V de placa precioso. El recorrido en ocasiones no es intuitivo y hay que leer el itinerario y tirar de olfato. Entramos los primeros a la pared y tuvimos dos pequeños embarques sin consecuencias. Desde la cima se destrepan unos 30-40 m hasta encontrar una línea de rápeles que nos deja de nuevo en las mochilas (en realidad existen muchas reuniones y restos de embarques y escapes, se trata de tirar de nuevo de instinto para dar con la línea correcta) Una vez en la base emprendimos cansados pero félices el camino hacia el refuge des Cosmiques.
Tras un merecido descanso al día siguiente escalamos la arista de los Cosmicos, un auténtico caramelo. Desde el refugio se descienden unos pocos metros y empieza la arista propiamente dicha. La primera parte consiste en superar un amplio zócalo en el que se gana la mayor parte del desnivel del día. Es un terreno de escalada sencilla pero que exige prestar atención. Al llegar arriba se realizan dos rápeles (el primero de ellos, delicado, me deparo el susto de la jornada) hasta la base de un gran gendarme que se rodea por el Este. Se escala una chimenea con un paso raro al final y se continua flanqueando por el Este hasta la famosa placa fisurada de IV. Son unos pocos metros que desde abajo parecen más difíciles pero sale muy bien, en parte gracias a los tallados para los crampones (¿¿??!!) Una vez arriba se continua por terreno más sencillo por la cara Oeste hasta la chimenea final. Se escala el primer tramo y luego vimos dos opciones: a la derecha un paso atlético nos deposita ya en terreno horizontal o continuar la chimenea por un terreno guapísimo con hielo azul en el que flipamos. Ya solo quedan unos metros horizontales y encaramarse a la terraza del teleférico gracias a una escalera metálica. La arista me pareció preciosa, es sencilla pero exige atención en todo momento y el terreno es tremendamente estético. La encontramos bastante seca pero la escalamos con crampones (a lo S.H!!!) ya que en general es terreno mixto. Bajada a Cham y homenaje en el Poco Loco.
Los días siguientes se repartieron entre 2 preciosas vías en Les Chéserys (una escuela con vías de 100-150 m en la carretera a Grands Montets) y dos intentos fallidos, el primero a una vía en Vallorcine de la que teníamos mejores perspectivas y el segundo al Petit Charmoz.
Para acabar subimos al Refuge Albert Premier en el glaciar de Tour, un lugar magnífico. La idea inicial era la arista de la Table a la Aiguille du Tour pero acabamos haciendo las aristas NO a la Téte Blanche y a la Petite Fourche. El lugar es francamente bonito con el glaciar de Tour a un lado y el de Trient en la otra vertiente, la Aiguille du Chardonnet, las Agujas Doradas...
En una ocasión le escuché a Kilian Jornet que un viaje acaba bien cuando te hace soñar con nuevos proyectos... Estoy de acuerdo, el nuestro acabo más que bien, ¡la próxima en invierno!
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