Dent du Géant

 5 de julio con Tripu.

La silueta inconfundible de la Arista de Peuterey recortada en el cielo azul me sobrecogió al salir de la furgo en La Palud (Cormayeur). Hace ya veinte años que Patxi me habló de su existencia y allí la tenía. Un auténtico monumento al alpinismo. Impresionante. Habíamos llegado de madrugada y tras pasar unas horas descansando en un "furgoperfecto", despertarnos y verla me lleno de motivación. Sin embargo, nuestros objetivos eran otros. Mas modestos. Nos esperaba un semana de alpinismo y las condiciones y la meteo parecían ser perfectas.

Tripu y Koldo subieron a Torino en el teléferico a media mañana con idea de hacer alguna actividad corta por la zona. Yo me lo tomé con más calma y subí por la tarde. No teníamos sitio en el refugio así que dormiríamos en tienda. Lo que parecía un inconveniente nos regaló un mágico atardecer. Al día siguiente nos esperaba un icono del alpinismo, el Dent du Géant.

Koldo pasa mala noche y decide esperarnos en el refu así que Tripu y yo partimos de la tienda a eso de las 6:20 h. Primero se pierde un poco de altura y se llanea por la base de las agujas Marbrées en busca de un pequeño corredor de nieve. Una vez superado, se gira a la derecha y se asciende un espolón de terreno mixto hasta la Salle à Manger, la zona llana situada en la base del Diente y desde la que se inicia también la celebre Arista de Rochefort. Se trata de un terreno sencillo donde hay que tirar de intuición y seguir los hitos. La nieve firme cubre algunos tramos y facilita la progresión. Cerca de la Salle á Manger un gendarme nos obstaculiza el paso, se ven huellas por la derecha (por donde regresaremos) y por la izquierda. Seguimos estas últimas y nos introducimos en una canalita encajada preciosa con un pasito de hielo. Un poco más de mixto y llegamos a la Salle. La meteo es excelente, hay bastantes cordadas pero no nos molestaremos en exceso.

La vía comienza en una expuesta terraza a la que hay que destrepar. Un pasamanos instalado aporta seguridad. Realizamos un primer largo corto y bastante vertical. Una cuerda fija facilita las cosas. Un segundo largo por terreno más sencillo y muy bonito nos deposita en una terraza en la base de las placas Burgener. A partir de aquí las celebres maromas nos acompañaran casi todo el rato. Recorremos las placas en dos largos (se pueden hacer en uno) En el final del segundo hay un tramo mas fino de pies. La reunión es espectacular. Desde allí lo mas bonito de la vía: Una corta travesía a la derecha en bavaresa y un tramo vertical y difícil hasta una terracita en la arista cimera. Tres largos más por la arista (se puede hacer en dos) En el último alcanzo la Pointe Selle y continúo hasta la cima principal pasando por el cuello entre ambas en un terreno tremendamente expuesto y aéreo. Alegría contenida en la cima, queda el descenso. Nosotros lo hicimos en tres rápeles cómodos con dos cuerdas de 60 m pero hay instalaciones intermedias.

La actividad me pareció impresionante, muy estética. Eso sí, muy concurrida en días de condiciones perfectas como el que nos ocupó. En cuanto a dificultades me resulta complicado establecerlas ya que la existencia de las maromas adultera la escalada. Sería en general IV grado con algún tramo algo más difícil sobre todo el anterior a la arista. En cuanto a horarios, dos horas hasta la Salle à Manger y cuatro para la escalada contando el tráfico. 10h 40´en total hasta el refu.

Volvemos a Torino felices. Koldo ha recogido la tienda y nos espera en la terraza, eskerrik asko! Esa noche la pasaremos en el refu y al día siguiente abortaríamos un intento a la Tour Ronde y acabaríamos en la Aiguille de Toule, una popular aguja cerca del refu que merece mucho la pena.

Momento mágico.
En el corredor (foto de Tripu)
Cerca de la Salle à Manger (foto de Tripu)
Desde nuestra R2
Reunión intermedia en la placa (foto de Tripu)
Tras las placas el tramo tieso hasta la arista (foto de Tripu)
Desde la cima
Para abajo (foto de Tripu)
Aiguille de Toule

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