9 de julio con Tripu y Koldo.
El Mont Pelvoux es un montañón. Situado en el macizo de Les Écrins, además de la Punta Puiseux (3.943 m) cuenta con varias cimas secundarias. Es una montaña grande y compleja circundada por varios glaciares, además de espolones y aristas. La vía normal desde Ailefroide por su cara Sur y descenso por la Norte atravesando el glaciar de Violettes es una bella actividad alpina que merece mucho la pena.
Tras escalar el día anterior en Chamonix, la meteo seguía perfecta así que el plan estaba hecho. Sería nuestra última actividad juntos y nos quedaba de camino a casa así que a los tres nos cuadraba. El camino al Refugio del Pelvoux parte de Ailefroide, en la zona donde se encuentra un hotel y unos pocos comercios además de una fuente. Al principio es una pista asfaltada hasta un pequeño parking y después un bello sendero que va ganando altura poco a poco por el fondo del valle hasta virar al norte y ascender mas directo hasta el refugio. En unas tres horas se llega bien. El refugio es magnífico. Pequeño y coqueto, muy acogedor.
Al día siguiente desayuno a las tres y para arriba. Casi todos vamos al mismo sitio. Enseguida alcanzamos a la cordada que ha salido primero y continuamos la ascensión hasta el glaciar de Sialouze en donde vemos amanecer. Nos despistamos un poco en el acceso al corredor siguiendo unas huellas pero enseguida rectificamos. El sendero desde el refugio está marcado con hitos y al virar al oeste atraviesa algunos neveros. No es del todo evidente. Conviene tenerlo mirado la tarde anterior y llevar el track. Encontramos el corredor en perfectas condiciones, todo cubierto de nieve firme. El cono de acceso es largo y fatigoso y cuando se estrecha ya nos queda poco para salir al plató cimero. La inclinación es mantenida en 40-45º. Una vez en el glaciar superior solo queda alcanzar la cima de la Punta Puiseux que se encuentra cerca. Disfrutamos del momentazo y contemplamos la impresionante cara Sur de la Barre des Écrins.
El descenso merece un capítulo aparte, es largo y variado. Precioso. Lo encontramos en perfectas condiciones. No tiene dificultad técnica, mas allá de saber rapelar y moverse por terreno de alta montaña, pero es muy aconsejable llevar el track ya que no es evidente. Se empieza dirección este por el glaciar de Pelvoux para después virar al norte hacia el glaciar de Violettes por un tramo de fuerte pendiente. En la confluencia entre ambos hay seracs. Nosotros cruzamos una grieta sin problemas pero según el momento de la temporada se debe montar un rapel aquí para salvar un serac. Se continua hasta un espolón de roca a la izquierda. Primer rapel (40 m). Luego nevero y continuar hasta una brecha donde hay otro rapel por una canal. Nosotros usamos otra instalación más arriba para evitarnos el destrepe hacia la brecha. Apuramos los 60 m en un rapel muy aéreo y nos quedamos a unos 5 m del glaciar. La roca está muy rota y es empinado y expuesto así que trepo un poco por la canal y encuentro otra instalación. Desde allí sin problemas hasta el glaciar. Si usamos la instalación de la brecha parece ser que en 60 m se alcanza el glaciar (o en 2 x 30 m).
Se cruza el glaciar en horizontal sin perder altura por debajo de la línea de seracs. De nuevo un espolón rocoso y dos rápeles más para alcanzar el nevero Pellisier por el que perdemos altura rápido hasta el sendero de descenso que continua por las viras de Ailefroide. Algo expuestas pero no difíciles. Entre tramos de andar y destrepitos entretenidos llegamos al valle muy cerca de la zona por la que empieza el sendero que cogimos el primer día para subir al refu.
En resumen, marcha glaciar y 5 rapeles por roca es lo que nosotros nos encontramos. 3 en el espolón rocoso antes de cruzar el glaciar inferior (podían haber sido 2) y 2 para acceder al nevero final. Usamos dos cuerdas de 60 m. Con una sola también se puede bajar pero hay que tener muy claro la situación de cada instalación de rapel y no cometer errores.
La actividad en general me encantó. Un montañón que te lo ganas desde abajo y que deja un gran sabor. Técnicamente sencillo pero es relativamente largo y hay que saber moverse. Una gozada. Resultó muy emotivo para mi por lo vivido aquí hace ya bastantes años.
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