4 de agosto con Sergio y Gabi.
El Gran Diedro de Spijeoles es una de las actividades que más ganas tenía de hacer. Tiene todos los ingredientes de una gran clásica y no me defraudó en absoluto. Además su ubicación en el Pirineo Norte en un valle que todavía no conocía aumentaba más mi deseo. Sergio también la tenía pendiente así que cuadramos fechas y nos juntamos una tarde de principios de agosto en Bielsa. Esta vez también venía Gabi que resultó ser un gran compañero.
Las Granjas de Astau en las inmediaciones de Bagneres de Luchon es un lugar magnífico. Llegamos por la tarde y nos recibe una fina lluvia típica de la vertiente norte. Por la mañana el ambiente húmedo continua pero la previsión meteo es buena así que tiramos para arriba. En 1 hora se alcanza el Lac d´Oô con su espectacular cascada y en otra hora más el Refugio de Espingo. Llegamos a media mañana y dedicamos la tarde a escalar la vía "Emilie", en frente del refu, al lado del lago. El lugar es idílico. Nos bajamos del L3, se nos hace difícil y nos estamos quedando fríos. Sin embargo, le hemos cogido el tacto a la roca y nos vendrá muy bien para el día siguiente.
Tardeo en el refu esperando la cena. Tenemos hambre y un simpático francés parece que nos lee el pensamiento y nos regala unos gofres que elabora él en el valle. Momentazo. Merci! Buena y abundante cena y a descansar.
Nos levantamos temprano y después de un buen desayuno nos ponemos en marcha. En unas 2h y media estamos en el pie de vía. Bordeamos el nevero por la derecha por una canal que salva el zócalo rojizo y una vez salvado este, nos movemos hacia la izquierda hasta identificar el inicio de la vía. El itinerario es evidente y de vez en cuando algunos clavos van mostrando el camino. Las reuniones tienen dos clavos excepto nuestra R5 (1 clavo) y la R8 (limpia).
- Sale Sergio y escala los tres primeros largos. Terreno de diedro todavía no del todo evidente con alguna chimeneita. En general IV grado no mantenido con algún tramito de IV+.
- Escalo los tres siguientes largos donde el diedro ya es más claro y recuerdo las fotos de este invierno de cordadas en el diedro tapizado de hielo, que maravilla. La escalada es una gozada y la dificultad parecida al tramo inferior. En el L5 apuro los 60 metros de cuerda pero no encuentro reunión y me quedan unos 5 metros para superar una zona más vertical. Gracias a los walkis me descuelgan mis compañeros hasta un clavo y hago reunión. Más arriba en el siguiente largo hay tres clavos juntos a modo de reu pero están a unos 70 metros de la última. El L5 y el L6 son una delicia, escalada en diedro perfecto con ambiente y con canto. El sol ha dejado de darnos y tenemos frío...
- Sergio hace un largo más hasta la base del bloque empotrado característico que interrumpe el diedro. Reunión incómoda de dos clavos. Si hasta aquí la dificultad has sido más o menos homogénea, el inicio del siguiente largo es lo más difícil de la vía con diferencia (V/V+). Un pasito de pies en adherencia hacia la derecha en busca de un clavo que no se puede chapar hasta hacer el paso. Sergio mete un friend antes en la fisura y resuelve sin problemas. Un pasito más y de nuevo terreno de IV grado. Precioso hasta la última reu que montamos en un puente de roca+friend.
- A la izquierda se alcanza andando la vía normal y en cinco minutos estamos en la cima. El panorama es espectacular.
Descenso por la vía normal y super pizzas en Astau. Disfruto muchísimo de la actividad: la aproximación, el refu, la escalada, los compañeros... Me parece la vía más chula en su dificultad que he escalado nunca, una clasicaza con fama merecida.
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