Niebla


Barrabes fue pionero, entre otras cosas, en alojar en su dominio web un espacio dedicado a blogs sobre montaña y aventura. De eso hace ya más de diez años y en breve van a proceder a eliminar ese contenido. Rescato esta entrada publicada en mi antiguo blog montañas libres. La publiqué un 4 de marzo de 2009 y la he querido dejar tal cual.









NIEBLA









Hay días en invierno en los que existe una gran estabilidad atmosférica. Las altas presiones impiden el ascenso del aire y la consiguiente formación de nubes en altura. Se generan columnas de aire descendente que limpian por completo el aire. La humedad se concentra en los valles donde se forman nieblas, heladas y escarchas. Allí se acumula el aire frío. Son días de inversión térmica, oscuros y fríos en los valles y luminosos y cálidos en las cumbres. Son los días más bonitos del invierno.






Existen momentos en la vida en los que, de repente, en demasiadas ocasiones debido a algún acontecimiento traumático, nuestra escala de valores, nuestro ordenado catálogo de prioridades, da un vuelco inesperado. Por unos momentos, horas, a lo sumo días, nos damos cuenta de que todas nuestras superfluas preocupaciones diarias: el trabajo, que ropa me pongo, los muebles del salón, la hipoteca, pasan a un segundo plano y percibimos con claridad los aspectos de la existencia realmente importantes: el dolor por la pérdida de un ser querido, el valor de la amistad, la solidaridad, la belleza de un paisaje, de un atardecer… es como si saliésemos de la niebla que nos atrapa y no nos deja ver y subiésemos a ese collado con unas vistas maravillosas y un mar de nubes a nuestro pies.





Existen tres clases de personas: las primeras viven toda su vida envueltas en la niebla, en ocasiones un smog tóxico, y nunca llegan a ver más allá. Los segundos, en algún momento de su vida salen de la niebla que les atrapa, pero se sienten inseguros y enseguida vuelven a su estado de latencia emocional envueltos en el fondo del valle. Un tercer grupo de personas anhelan salir de la niebla desde el momento en el que nacen. Es un camino repleto de trampas, las garras de la sociedad moderna los intentan retener pero estas personas, lo logren o no, siempre desean llegar al collado, olvidar lo que dejan a sus pies y disfrutar con lo que desde allí se ve. No siempre se consigue pero solo su intento ya merece la pena. Piensa en esto cada vez que salgas a la montaña y tras deambular por la niebla consigas dejarla por debajo y observes el grandioso panorama que se descubre ante ti.






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