Gran Diedro de Peña Rueba

31 de octubre con Sergio.

Estoy en la reu 6 a unos 200 metros del suelo recuperando la cuerda mientras me pongo el cortavientos ultralite. Hace unos minutos ha empezado a llover con fuerza. Mientras internamente valoro la opción de escaparnos rapelando a pesar de estar a solo dos largos del final, aparece Sergio y se saca un as de la manga. Consulta el radar de lluvia en el móvil y concluye que lo que está cayendo es un pequeño frente desgajado del principal. Este último no llegará hasta dentro de un buen rato. En unos minutos debería parar. Y así fue. Por suerte lo que queda es fácil y acabamos la vía sin problemas. Llevar un meteorólogo en la cordada es un valioso comodín.

El Gran Diedro o Diedro del 61 es esa espectacular línea a la derecha del Espolón del Gállego que tantas veces había visto desde la carretera. Para mi, La Línea de Rueba. Abierto en 1961 por Rafael Montaner y José Antonio Bescós, fue "restaurado" en 2017 por Juan Carlos Castaño. En nuestra opinión una brillante actuación. Actualmente la vía cuenta con las reuniones equipadas y algunos parabolts y puentes de roca en los largos. Llevamos un juego de friends hasta el 2 de Camalot y tres aliens y nos vino bien todo.

La aproximación es la misma que para el Espolón del Gállego hasta situarnos en la vertical del diedro en la base de un espolón tumbado.

Los dos primeros largos son los más exigentes, sobre todo el primero. No tienen ningún paso difícil pero el liquen amarillo y la roca, que sin ser mala del todo exige atención, hacen que haya que escalar con delicadeza. Se protege bien pero hay que pensar.

En el tercer largo la roca mejora. Se trata de una fisura desplomada durante varios metros. Está más equipado y se protege mejor. El cuarto largo es una gozada. Más fácil que los anteriores, escalada en diedro y protección al gusto. El quinto y el sexto son más fáciles. La pared tumba y forma un anfiteatro espectacular ahí arriba. Las chapas de la vía "Abrazo al vacío" confunden un poco. Dejarlas siempre a la derecha. A partir de la sexta reunión la vía abandona el diedro por una travesía fácil hacia la derecha hasta el espolón. Un último largo fácil por el mismo nos deja en la cima.

Descenso cómodo siguiendo hitos y marcas verdes hasta la pista de la aproximación.

El frente gordo ha llegado. Disfrutamos de la lluvia refugiados en un porche en Murillo. Picoteo-cerveceo y charleta de celebración después de una actividad que nos dejó muy buen sabor de boca.