Musales y Sanchacollons

 27 de diciembre.

Si eres montañero, lo normal cuando coges el desvío hacia Sallent de Gállego con el coche es quedarte admirando la esbelta piramide del Arriel al fondo. Si además eres esquiador, mirando un poco más a la derecha una gran pala blanca mantenida acapara tu atención. Me pasa siempre. Lo que no sabía aquel día es que unas horas más tarde iba a estar deslizándome por esa delicia.

La linea de cumbres desde Los Infiernos-Tebarrai hacia el NO va perdiendo altura hasta quedar difuminada en unos picos de menor altitud que quedan un tanto eclipsados entre tanto gigante. Entre ellos están el Musales y el Sanchacollons, terreno perfecto para el esquí de montaña. Sus palas orientadas al sur transforman y se estabilizan rápidamente aun con el débil sol invernal.

La jornada empieza en la presa del embalse de La Sarra. La pista de Ibonciecho va ganando altura poco a poco en grandes lazadas mientras un sendero transversal acorta mucho el recorrido. El día empieza bien: nada mas empezar me alcanzan un par de coches con esquiadores locales que tienen acceso a la pista. Uno de ellos me ofrece sitio en la furgo para subir hasta donde empieza la nieve. La chica resultó ser una vieja conocida, ¡¡Gracias!! A partir de 1.700 metros más o menos se puede foquear. Al llegar al chalet de Ibonciecho las rutas hacia ambos picos se bifurcan. Elijo ascender primero al Musales ya que sobre el mapa me parece más lógica la unión y descenso posterior desde Sanchacollons. Las condiciones de la nieve son muy buenas y asciendo directamente por la cara SE sin necesidad de alcanzar el collado. Descenso desde la misma cima con esquís buscando el enlace con el siguiente pico del día. Se asciende por su cara oeste y está perfectamente reseñado en la guía de Dinhix tomo II. Una vez en la cima del Sanchacollons coincido con el grupo que me ha subido por la pista y como buenos locales conocen de sobra el terreno: me aconsejan el "palón". No lo conozco pero las condiciones son idóneas, nieve "crema" transformada en su punto. Casi 500 metros más abajo de disfrute ininterrumpido soy consciente de haber realizado una de las mejores bajadas en nieve transformada que recuerdo, qué gozada!!

Ya solo falta descender por la pista deslizando hasta donde se puede y coger el senderito que la acorta hasta el coche. Eso si, con una sonrisa de oreja a oreja.

La ruta del día
Un vistazo atrás, Foratata desde una perspectiva inusual
Compañeros...
Desde Musales, en primer término Sanchacollons

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